Conducta del médico de atención primaria ante el mal control de la hipertensión arterial. Estudio PRESCAP 2010
- Alonso Moreno, Francisco Javier
- Llisterri Caro, José Luis
- Rodríguez Roca, Gustavo C.
- Prieto Díaz, Miguel Ángel
- Divisón Garrote, Juan Antonio
- Barrios Alonso, Vivencio
- Santos Altozano, Carlos
- Ferreiro Madueño, Manuel
- Banegas Banegas, José Ramón
- González-Segura Alsina, Diego
ISSN: 1138-3593
Año de publicación: 2013
Número: 1
Páginas: 3-11
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Semergen: revista española de medicina de familia
Resumen
Introducción: Es necesario tener mayor información sobre la inercia terapéutica en la hipertensión arterial (HTA). El objetivo de este estudio fue conocer la conducta del médico de atención primaria (AP) en pacientes hipertensos que presentan mal control de presión arterial (PA) y determinar los factores asociados. Pacientes y métodos: Estudio transversal y multicéntrico realizado en hipertensos asistidos en el ámbito de la AP espanola. Se registraron datos de los pacientes (sociodemográficos, clínicos y tratamiento) y médicos (asistenciales, formativos y conducta ante el mal control de PA). Se consideró mal control cuando el promedio de PA era = 140/90 mmHg. Resultados: Se incluyeron 12.961 hipertensos (52,0% mujeres), con una edad media de 66,3 (11,4) años y antigüedad media de la HTA de 9,1 (6,7) años. El 62,4% recibía terapia combinada (44,2%, 2 fármacos, y 18,2%, 3 o más). El 38,9% (IC 95%: 38,1-39,7) presentó mal control de PA. El médico modificó el tratamiento en el 41,8% (IC 95%: 40,4-43,2) de los 5.036 pacientes mal controlados. La conducta terapéutica más frecuente fue la asociación farmacológica (55,6%). La percepción por parte del médico de buen control de PA en el hipertenso mal controlado y la presencia de terapia combinada fueron las variables que mostraron mayor probabilidad de no modificar el tratamiento farmacológico. Conclusiones: El médico de AP modifica el tratamiento antihipertensivo en tan solo 4 de cada 10 hipertensos mal controlados. La percepción por parte del médico de buen control de PA es la variable que más incrementa la probabilidad de no modificar el tratamiento farmacológico.