Insulinización basal y enfermedad aterosclerótica en la diabetes mellitus tipo 2

  1. Alberto Calderón 1
  2. Carlos Escobar 2
  3. Paloma Montoro 1
  4. Vivencio Barrios 2
  1. 1 Centro Sanitario Rosa Luxemburgo. Área Sanitaria 5. Madrid
  2. 2 Instituto de Cardiología. Hospital Ramón y Cajal. Madrid
Revista:
Clínica e investigación en arteriosclerosis

ISSN: 0214-9168 1578-1879

Año de publicación: 2008

Volumen: 20

Número: 2

Páginas: 73-81

Tipo: Artículo

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Resumen

Las complicaciones macrovasculares son la causa principal de morbilidad y mortalidad en la diabetes mellitus tipo 2. Y como sustrato fundamental se encuentra la enfermedad aterosclerótica, que en el paciente diabético tiene unas características diferenciadas y responde peor al tratamiento. Por ello, la prevención de la macroangiopatía diabética debe ser la principal estrategia para estos pacientes. Si bien ha quedado demostrado que la mejora del control metabólico (HbA1c < 8%) disminuye la incidencia de complicaciones microvasculares, ello no ocurre igualmente para la enfermedad aterosclerótica, debido, en parte, al carácter multifactorial de ésta. Por tanto, es necesario un control metabólico más estricto y desde las fases iniciales de la diabetes, e incluso en los estados prediabéticos. En este contexto, la insulinización basal es una alternativa fisiológica, que puede permitir enlentecer el deterioro de la célula beta, mejorar el control metabólico y, posiblemente, reducir la incidencia de episodios cardiovasculares. La mayoría de los estudios de insulinización basal se han realizado con insulina glargina, que ha demostrado ser al menos igual de eficaz que otras insulinas, pero con una reducción significativa de efectos adversos, en concreto de las hipoglucemias graves y las hipoglucemias nocturnas.