Diversidad de los insectos, y sus afines, en las cuevas: una visión ecológica para la conservación

  1. Vicente M. Ortuño
Libro:
La Ciencia y el Arte: ciencias experimentales y conservación del patrimonio histórico

Editorial: Ministerio de Cultura

Año de publicación: 2011

Título del volumen: La Ciencia y el Arte III. Ciencias experimentales y conservación del patrimonio

Volumen: 3

Páginas: 175-188

Tipo: Capítulo de Libro

Resumen

Se exponen los factores principales que han despertado en el ser humano el interés por las cuevas y se discute la necesidad de que los espacios subterráneos sean estudiados. Los ambientes subterráneos pueden ser muy heterogéneos por lo que es imprescindible adoptar una clasificación básica que permita una aproximación científica al problema. La vida en el medio subterráneo reúne algunos linajes muy primitivos, siendo especialmente notorios en el reino animal. Es entonces cuando se puede aplicar el término de reliquia zoológica o de “fósil viviente”. Pero la fauna hipogea (cavernícola sensu lato), independientemente de su asignación taxonómica puede clasificarse en tres grandes categorías según su grado de adaptación para la vida subterránea: especies troglobias, troglófilas y trogloxenas; y sus equivalentes para las especies de vida acuática (estigobias, estigófilas y estigoxenas). Esto tiene reflejo en las adaptaciones fisiológicas y sus manifestaciones morfológicas. Sea como fuere, la fauna “cavernícola” es muy diversa y destacan los siguientes filos: Plathelminthes, Nemertina, Gastrotrichia, Mollusca, Annelida, Tardigrada, Arthropoda y Chordata. Se enfatiza las diferentes estrategias ecológicas de las especies cavernícolas, es decir los troglobios (“estrategas k”) y troglófilos (“estrategas r”), y la relación que subyace entre ellas para el equilibrio ecológico de los espacios subterráneos. Se sugiere que el estudio, y seguimiento, de los estrategas “k” y “r”, puede proporcionar información interesante para determinar el estado de salud de una cueva. Un desequilibrio a favor de la fauna troglófila suele estar relacionado con mayor aporte de materia orgánica en la cavidad. El incremento de la actividad biológica en la cavidad, propicia el crecimiento de hongos y velos microbianos. Este hecho no resulta preocupante si no es bajo la perspectiva de la conservación de pinturas y grabados rupestres, porque el resultado de los procesos metabólicos de estos organismos, sin duda, provoca el deterioro de estas expresiones artísticas.