La migración haitiana a cuba y república dominicana (1915-1934)

  1. Louis, Alvares
Supervised by:
  1. Julio Cañero Serrano Director

Defence university: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 12 June 2019

Committee:
  1. Francisco Manuel Sáez de Adana Herrero Chair
  2. José Manuel Estévez-Saá Secretary
  3. Alberto Priego Moreno Committee member
Department:
  1. Filología Moderna

Type: Thesis

Teseo: 150442 DIALNET lock_openTESEO editor

Abstract

A partir de 1898, los Estados Unidos ponían bajo su control la región del Caribe, sucediendo así a los europeos que la habían colonizado desde el siglo XVI. Esta dominación estadounidense afectó de forma notable a países de esa región como Cuba desde 1898, República Dominicana, 1907 y 1916, y Haití, 1915. Para hacer funcionar las industrias azucareras controladas por los inversionistas estadounidenses en Cuba y República Dominicana, los militares, principales instrumentos de la ocupación, facilitaron la migración, entre 1915 y 1934, de 600.000 haitianos hacia las plantaciones de caña de las dos Grandes Antillas mencionadas. La Migración haitiana a Cuba y República Dominicana (1915-1934) constituye un intento de ofrecer una perspectiva globalizante de la migración haitiana en aquel período. Para realizarlo hemos propuesto los objetivos siguientes: (1) presentar el Caribe desde la época colonial hasta la emergencia de los EE.UU. como potencia expansionista desde un enfoque histórico y político; (2) evaluar el papel de los EE.UU. como potencia intervencionista en la reorientación de la economía de los países como Cuba, República Dominicana y Haití y, sobre todo, en la emigración de los nativos de este último a territorio de los dos primeros donde sus inversionistas controlaban las industrias azucareras; (3) y caracterizar las situaciones socio-económicas de los trabajadores haitianos en tierras de Cuba y República Dominicana desde 1915 hasta 1934. La norteamericanización de la industria azucarera cubana y dominicana, a partir de la intervención de los EE.UU. en el Caribe en 1898, no sólo modificó la economía de estos países, sino que también redefinió el papel de Haití en esta nueva orientación, al proveer esta nación a esa industria azucarera de los brazos necesarios para su fortalecimiento, entre 1915 y 1934. En este nuevo rol, los nativos haitianos en Cuba, sin apoyo real de sus dirigentes, tuvieron que enfrentarse a la explotación de los capitalistas, y también, a los prejuicios de los demás grupos sociales antes de poder incorporarse en cualquiera de los sindicatos obreros. Dentro de la sociedad dominicana, dominada por una élite racista, la presencia de los trabajadores haitianos contribuyó a mantener vivo el antihaitianismo compartido por los Gobiernos militares estadounidenses, y por los sindicatos obreros y sus dirigentes dominicanos. Con ello, se impidió todo tipo de relación entre los braceros haitianos y el movimiento obrero dominicano, creándose, así, las condiciones para las represalias que sufrieron los obreros haitianos en la República Dominicana. La ocupación militar estadounidense de los territorios de la región del Caribe, entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, posibilitó la norteamericanización de la industria azucarera, la sumisión de las burguesías locales, y la instrumentalización de las fuerzas armadas locales y de las organizaciones regionales. Además, la intervención estadounidense en la isla de Haití no favoreció la normalización de las relaciones entre los dos Estados. La migración de los trabajadores haitianos provocó el resurgimiento del nacionalismo dominicano que confundió el capital internacional con los trabajadores extranjeros al nutrirse de un antihaitianismo mórbido. La Migración haitiana a Cuba y República Dominicana (1915-1934) nos enseña, pues, que la solidaridad humana depende de los valores que compartimos, y que las discriminaciones sociales y las segregaciones raciales pueden prevalecer durante mucho tiempo si las fuerzas de cambio de las sociedades no están capacitadas para superar las barreras impuestas por el capital internacional, y por las élites mundiales y locales.