Influencia de la dieta sobre los aspectos clínicos y psicológicos de los pacientes con síndrome de intestino irritable

Resumen

El síndrome del intestino irritable forma parte de un amplio grupo de trastornos gastrointestinales funcionales, que a pesar de presentar variaciones en cuanto al tipo y localización de los síntomas, comparte determinados aspectos en lo referente a los posibles factores fisiopatogénicos implicados. Es un trastorno crónico, y la mayoría de los pacientes que lo padecen sufren sus síntomas durante muchos años. Estos síntomas recurren frecuentemente y tienen un gran impacto en sus vidas, reducie ndo su bienestar físico, social y emocional; además consumen una considerable cantidad de recursos sanitarios. Es un trastorno muy frecuente; en nuestro país, la prevalencia global (incluyendo a los pacientes no diagnosticados), fue del 7,3 . Su f recuencia es claramente mayor en el sexo femenino. De este modo, su prevalencia, junto al hecho de que aparezca en adultos jóvenes (pico máxima incidencia 20-40 años) y el empeoramiento en la calidad de vida que ocasiona, hacen de esta enfermedad ¿un problema de salud al que se le debería prestar más atención¿. Aunque actualmente no se conoce con claridad, la fisiopatología responsable; sin embargo, sí que existen una serie de factores que parecen estar implicados, entre los que se incluy en los dietéticos y los psicológicos. El papel de los factores psicológicos en el SII es un tema discutido. Aunque la existencia de factores psicosociales no es necesaria para establecer el diagnóstico, numerosos estudios demuestran que los pacientes con SII padecen con mayor frecuencia trastornos psiquiátricos, incluyendo síndromes de ansiedad, pánico, alteraciones del ánimo (distimia, depresión) y diversos trastornos somatomorfos. Existe un número considerable de trabajos que relacionan los ag entes estresantes con los trastornos funcionales gastrointestinales. Aquellas experiencias o situaciones que el paciente concibe como estresantes se correlacionan, en determinadas ocasiones, con una exacerbación de los síntomas, aunque, la naturaleza exacta por la que tiene lugar esta asociación no está clara. De este modo parece que la ansiedad es más importante en el mantenimiento de la sintomatología del SII, mientras que la depresión lo es en la interpretación y aceptación de la conciencia de enfermedad y la repuesta ante los acontecimientos adversos de la vida cotidiana. Sin embargo, existen algunos estudios que ponen de manifiesto que los pacientes con SII no son más propensos a tener esta entidad que la población general. En cuanto...