Efectos de la paraplejia a largo plazo en la función cognitiva y motora de la mano

  1. Perez Borrego, Yolanda Amparo
Dirigida por:
  1. Antonio Oliviero Director/a
  2. Javier Jesús González Rosa Codirector/a
  3. José Manuel Juiz Gómez Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Castilla-La Mancha

Fecha de defensa: 25 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Elisa López Dolado Presidenta
  2. Juan Pedro Serrano Selva Secretario/a
  3. Cristina Forn Frías Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 419424 DIALNET

Resumen

A pesar de los avances médicos y tecnológicos acaecidos en los últimos dos siglos, la lesión medular (LM) sigue siendo hoy en día una condición médica con importantes pérdidas de funciones a nivel físico y con limitadas posibilidades de recuperación espontánea. Los pacientes medulares que presentan paraplejia tienen una serie de problemas asociados a la LM, principalmente a nivel físico, aunque diversas evidencias parecen indicar que estos pacientes podrían también presentar con el tiempo alteraciones a nivel cognitivo o relacionadas con el correcto un buen funcionamiento de las manos. En este sentido, hay que tener en cuenta que los pacientes medulares suelen adquirir una serie de hábitos de vida diferentes a los que tenían anteriores a la lesión, con una menor propensión a la actividad física, ya que dependen del uso de auxilios ortopédicos (e.g., silla de ruedas), con frecuentes tratamientos farmacológicos crónicos, siendo también habitual la aparición de otras dolencias como infecciones o el dolor neuropático, entre otras. En este trabajo hemos valorado tanto el estado cognitivo como la función motora de la mano en pacientes con LM dorsolumbar traumática (i.e., parapléjicos), comparándolos con sujetos sanos. En relación a la valoración de la función cognitiva, se observó para el grupo Control, en general, obtuvo un mejor rendimiento que los pacientes con LM en la mayoría de las pruebas neuropsicológicas. En concreto, los pacientes medulares evaluados en nuestro estudio mostraron un peor rendimiento en áreas como el aprendizaje y la memoria (de tipo verbal lógica a corto y largo plazo), la memoria visual inmediata, la fluencia verbal, las gnosias visuales, la resistencia a la interferencia, y la abstracción de tipo no-verbal, reflejando un patrón de alteraciones cognitivas de tipo difuso. A nivel de la función motora de la mano, se encontraron también diferencias significativas entre los dos grupos, tanto en la velocidad de ejecución como en el tiempo de reacción (TR) de las tareas motoras. Las principales diferencias observadas en el uso de ambas manos estuvieron relacionadas con la escritura, girar tarjetas, coger objetos pequeños, simular comer, o apilar fichas. Por su parte, en cuanto a las diferencias observadas en una mano, los resultados relativos a la mano no-dominante mostraron diferencias significativas a la hora de coger objetos ligeros. Además, en la valoración neurofisiológica, el grupo LM también mostró un mayor número de alteraciones a nivel subclínico en las pruebas realizadas que el grupo Control, tanto del nervio mediano como del nervio cubital, produciéndose una mayor incidencia de síndrome del túnel carpiano y del síndrome compresivo del nervio cubital. El análisis factorial exploratorio (AFE) llevado a cabo con las mediciones obtenidas del grupo de pacientes con LM reveló que las variables analizadas se agrupaban en cinco factores. Ordenados por la cantidad de varianza explicada, el primer factor aglomeró mediciones relacionadas con varios dominios cognitivos, por lo que se definió como funcionamiento cognitivo difuso. El segundo factor abarcó exclusivamente variables que midieron alteraciones de la función motora de la mano, por lo que se definió como funcionamiento motor de la mano, mientras que las variables relacionadas con la exploración neurofisiológicas, agrupadas en el tercer factor, señalaron al funcionamiento del nervio mediano. Aunque el cuarto y quinto factor no tuvieron tanto peso explicativo de las varianzas de nuestros datos como los tres primeros factores, fueron igualmente retenidos en nuestro análisis por su potencial relevancia clínica. Así, el cuarto factor se asoció representativamente a la evaluación de la fluencia verbal, mientras que el quinto factor se relacionó de manera específica con el funcionamiento del nervio cubital sensitivo. Finalmente, el análisis de regresión lineal múltiple realizado entre los factores hallados en el AFE y las variables clínicas y demográficas controladas en nuestro estudio reveló que los años de escolaridad y la edad podían explicar la mayor parte de la varianza asociada al funcionamiento cognitivo difuso (primer factor) observado en los pacientes. Además, las alteraciones relacionadas con el funcionamiento motor de la mano (segundo factor) se vieron únicamente afectadas por la edad de los pacientes, mientras que tanto el nivel de la lesión medular como los años de evolución de esta, fueron las encargadas de explicar gran parte de la varianza asociada al funcionamiento del nervio mediano (tercer factor). Hasta nuestro conocimiento, este ha sido el primer estudio transversal realizado en pacientes con LM dorsolumbar en el que se ha observado, en comparación con la población control, un menor rendimiento a nivel cognitivo y de la función motora de la mano. Dichas alteraciones son aún más sorprendentes, por el hecho de que los pacientes evaluados en nuestro estudio tenían una LM de tipo traumático y varios años de evolución de su lesión, aunque sin daño cerebral adquirido (DCA) asociado al trauma. En conclusión, el presente trabajo ha demostrado que, en pacientes con una paraplejia crónica de origen traumático, pueden sucederse a largo plazo, importantes y diversas alteraciones relacionadas tanto a nivel cognitivo como de la función motora de la mano, con una presencia importante, aunque esperada, de alteraciones subclínicas de los nervios de la mano. No existe hasta la fecha una causa convincente que explique el deterioro de las funciones cognitivas globales en la población con LM sin DCA, aunque podrían ser explicadas, en parte, por los cambios cerebrales que ocurren tras la lesión relacionados con la desaferentación crónica y con procesos de reorganización cortical. Del mismo modo, tanto el consumo prologando de fármacos psicoactivos, habitualmente utilizados por esta población, como el deshuso o la excesiva demanda de nuevos sistemas corporales puestos en marcha tras la lesión, podrían igualmente tener su influencia en algunas de las alteraciones encontradas. Por tanto, los hallazgos encontrados en nuestro estudio son de gran relevancia y sugieren que, durante el manejo clínico de la LM dorsolumbar, deberían evaluarse de manera más rutinaria posibles alteraciones relacionadas tanto con la esfera cognitiva como con el funcionamiento motor de las manos de estos pacientes, siendo aconsejable que se pongan en marcha las intervenciones y/o terapias rehabilitadoras oportunas para su prevención a largo plazo.