Lupus eritematoso sistémico en ratones MRL lpr/lpm y knockouts del receptor de quimioquina CCR2
- Camarasa Lillo, Natalia
- Guillermo Pérez de Lema Holweg Director/a
- Esther Rosello Sastre Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Alcalá
Fecha de defensa: 05 de junio de 2009
- Jerónimo Forteza Vila Presidente/a
- Mónica García-Cosío Piqueras Secretaria
- Luis Pallardó Mateu Vocal
- Julia Blanco González Vocal
- Francisco Rivera Hernández Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
INTRODUCCIÓN: El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune cuya principal manifestación y debut de la enfermedad es la glomerulonefritis mediada por complejos inmunes. Los ratones MRL/MpJ-Fas lpr/J (MRL/lpr) llevan una mutación en el gen Fas de la apoptosis que da lugar a una proliferación de linfocitos autoreactivos y son considerados un modelo de ratón que reproduce muy bien la enfermedad lúpica en el humano, con linfadenopatía asociada a proliferación aberrante de células T, esplenomegalia, y con hipergammaglobulinemia con anticuerpos anti-ADN que se depositan y dañan diversos órganos, incluyendo riñón. Este daño está provocado por el depósito de complejos inmunes, la activación del complemento y por el infiltrado inflamatorio leucocitario. El infiltrado inflamatorio renal consiste principalmente en linfocitos T y macrófagos, que son los máximos contribuyentes al desarrollo y progresión de la insuficiencia renal terminal, que finalmente desencadena el fallecimiento de los ratones MRL/lpr. Es conocido que los niveles de mARN del receptor de quimioquina CCR2 se incrementa en los riñones de esta cepa de ratones. Numerosos estudios tanto en humanos como en ratones lúpicos experimentales han dado evidencia de que las quimioquinas desempeñan un papel considerable durante el desarrollo y progresión de la enfermedad renal. Entre las quimioquinas mejor estudiadas y sus respectivos receptores están CCL2 y su receptor CCR2 para monocito-macrófagos y células T, así como CCL5 y sus receptores CCR1 y CCR5. CCR2 y su ligando CCL2 parecen tener un papel tanto en la respuesta inmune general como en el infiltrado inflamatorio local intrarrenal de los ratones lúpicos. En este estudio, examinamos el desarrollo y progresión de la enfermedad lúpica, especialmente la nefritis, en ratones MRL/lpr, a través de la generación de ratones knockout para CCR2 que se cruzaron durante 7 generaciones con ratones MRL/lpr. MATERIAL Y MÉTODO: Se utilizaron cortes de 4 æm de grosor del tejido renal en parafina, que se tiñeron rutinariamente con Hematoxilina&Eosina, Periodic acid-Schiff (PAS) y Plata Metenamina. Un patólogo, de forma ciega, evaluó las lesiones histopatológicas de los riñones y de otros órganos estudiados (ganglio linfático, bazo, glándula salival y pulmón). Las lesiones glomerulares se gradaron semicuantitativamente de 0 a 3 para la hipercelularidad glomerular, la expansión de la matriz mesangial y la necrosis (0: ausencia, 1: leve, 2: moderado, 3: grave) y para la presencia de semilunas (0: menos del 10%, 1: 10-25%, 2: 25-40%, 3 más del 40%). La puntuación glomerular se obtuvo del sumatorio de cada parámetro evaluado. Las lesiones túbulo-intersticiales también se gradaron de 0 a 3 (0: ausencia, 3: máxima intensidad) para el infiltrado celular peritubular y pericapilar, para el daño tubular y para la fibrosis intersticial, y de 0 a 1 (0: ausencia, 1: presencia) para la vasculitis. Se obtuvo una puntuación túbulo-intersticial global del sumatorio de todos los parámetros. Se caracterizaron y cuantificaron en el tejido renal las células positivas para CD3, ER-HR3 y Ki67. Las células se cuantificaron en 20 glomérulos o en 10 campos de gran aumento (630X) en el compartimento túbulo-intersticial y expresado células por glomérulo o por campo de gran aumento. Los estudios de inmunofluorescencia directa se realizaron usando anticuerpos anti-Ig G y anti-IgM de conejo anti-ratón marcado con isotiocianato de fluoresceína (FITC) y anticuerpo anti-C3 de cabra anti-ratón marcado con FITC. Se realizaron también secciones en parafina de otros tejidos (pulmón, glándula salival, ganglio linfático y bazo) y tinciones con H&E, PAS y Plata Metenamina. El infiltrado leucocitario se gradó de 0 (mínima intensidad) a 3 (máxima intensidad). RESULTADOS Y CONCLUSIONES; Los ratones MRL/lpr deficientes en CCR2 desarrollaron menos linfadenopatía, tuvieron menos proteinuria, menor puntuación histológica renal y menor infiltrado inflamatorio por células T y macrófagos en los compartimentoss glomerular y túbulo-intersticial, a pesar de similares niveles de inmunonoglobulinas circulantes y similares depósitos de complejos inmunes en el glomérulo tanto en los ratones deficientes en CCR2 como en los no deficientes. Los niveles de anticuerpos anti-ds-ADN, se redujeron en los ratones con ausencia de CCR2. La frecuencia de células T CD8+ en sangre periférica fue significativamente inferior en los ratones deficientes en CCR2. Así pues, la deficiencia de CCR2 no sólo influencia en el infiltrado de monocito/macrófagos y el infiltrado de células T en el riñón, sino también en la respuesta sistémica de células T en los ratones MRL/lpr. Estos datos sugieren un importante papel de CCR2 tanto en el desarrollo general de la autoinmunidad como en la afectación renal de la enfermedad lúpica. CCR2 podría ser una importante diana terapéutica para el tratamiento de la nefritis lúpica.