Implicaciones fisiopatologías y clínicas de las citoquinas y quimioquinas séricas en la miocardiopatía chagásica

  1. SUAREZ ISEA DE TERAN, ROSARIO
Zuzendaria:
  1. Melchor Álvarez de Mon Soto Zuzendaria
  2. Eduardo Reyes Martín Zuzendarikidea
  3. Manuel Rodríguez Zapata Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 2006(e)ko abendua-(a)k 18

Epaimahaia:
  1. Francisco Arnalich Fernández Presidentea
  2. Alfredo Prieto Martín Idazkaria
  3. Juan Manuel Casas Fernández de Tejerina Kidea
  4. José Vicente Saz Pérez Kidea
  5. Lorenzo Socías Crespí Kidea
Saila:
  1. Medicina y Especialidades Médicas

Mota: Tesia

Teseo: 148943 DIALNET

Laburpena

La enfermedad de Chagas es causada por el parásito intracelular Tripanosoma Cruzi, afectando alrededor de 16-18 millones de personas exclusivamente en América. Su prevalencia en Venezuela es de 9.2% (1998). Los individuos infectados presentan una fase aguda, y 15-30 años después de esta infección inicial, un 30% generalmente desarrolla la forma crónica, con una miocardiopatía que tiene una gran relevancia clínica por su implicación en la moví mortalidad. Los pacientes con miocardiopatía chagásica crónica (MCC), pueden ser clasificados en tres fases: I, II o III, dependiendo del daño cardiaco. La mayoría (65-70%) de los individuos infectados, sin embargo, permanecen asintomático, en la "forma indeterminada" o desarrollan su forma digestiva (5%). Se ha postulado que una alteración en el patrón de citoquinas puede ser responsable de la enfermedad de Chagas crónica, pero no existe un consenso al respecto. El objeto de este estudio fue investigar algunas alteraciones del sistema inmune en pacientes con MCC, a través de medición de niveles séricos de algunas citoquinas y quimioquinas, así como la posible identificación de elementos diagnósticos que conduzcan a diferenciar pacientes cardiópatas chagásicos de otra etiología. De esta manera, se determinaron los niveles séricos de citoquinas (IL-2.IL-4, IL-5,IL-6,IL-10,IL-1,IL-18,TNF-a, TGF-b) y de la quimioquina (eotaxina-2 o CCL24) con la técnica ELISA. Además se determino la relación de los niveles de citoquinas con parámetros clínicos como la fracción de eyección (FE), presencia de arritmia, de trastornos de conducción o de motilidad cardiaca, edad y sexo. Se incluyeron 87 pacientes: 44 pacientes con MCC, 25 pacientes cardiópatas no chagásicos (CNC) y 18 controles sanos (CS), pareados en edad y sexo. Resultado: comparados con CS, los pacientes son MCC presentaron niveles significativamente (p<0.05) más elevados de IL-6 y de IL-12; además la IL-12 fue significativamente mayor en los pacientes con MCC que en los CNC. Los niveles de IL-4 fueron significativamente menores en los pacientes con especialmente en los estadios tempranos de la cardiopatía chagásica. Por el contrario, no hubo diferencias significativas entre chagásicos y sanos en cuanto a los niveles de las interleuquinas-2,5 18, TNFa ni de la eotaxina 2, pero si fueron significativas (p<0.05) las diferencias den los niveles de IL-5 entre los dos grupos de pacientes con cardiopatía dilatada (chagásica o no). Mediante un análisis de curvas ROC se encontró que la IL-12 es útil para discriminar entre pacientes con MCC, CNC, y CS (OR=1.46- y 3.50 respectivamente) mientras que la IL-6 resulto útil para discriminar solo entre pacientes cardiópatas en general y los individuos sanos. También se determinó capacidad descriminativa para el TGF-b, especialmente entre los pacientes con estadios tempranos de la cardiopatía y los controles sanos (OR=2.20). Al establecer correlaciones de los niveles de citoquinas con los parámetros clínicos mencionados anteriormente, se encontró que solo la FE se correlaciona positivamente con IL-2, IL-4, IL-5 y con IL-10 en el grupo de pacientes con estadios tempranos de la cardiopatía, mientras que se evidenciaron correlaciones negativas y significativas con IL-12 e IL-18, en el mismo grupo. Conclusiones: La MCC se caracteriza por la predominancia de un patrón proinflamatorio TH1 asociado a una disminución de la habilidad anti-inflamatoria. Además, existen claras diferencias en el patrón de producción de citoquinas relacionado con la severidad de la enfermedad en los pacientes con cardiopatía chagásica y los niveles séricos de algunas de estas moléculas pueden ser empleados con marcadores de discriminación o diferenciación, especialmente al IL12 para diferenciar cardiópatas chagásicos de cardiópatas no chagásicos y de sanos y la IL-6 para diferenciar cardiópatas de cualquier etiología de pacientes sanos.