El hospital cruciformeformación y transformación. Estudios tipológicos para la reconversión patrimonial
- Perria, Roberta
- Francisco Javier Gallego Roca Director
Defence university: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 30 September 2013
- José Javier Rivera Blanco Chair
- Juan Manuel Barrios Rozúa Secretary
- Ignacio Valverde Espinosa Committee member
- Marco Dezzi Bardeschi Committee member
- Camilla Mileto Committee member
Type: Thesis
Abstract
Cuando en el año 2005 llegué a Granada con el vivo interés de profundizar en las temáticas relativas al desarrollo del pensamiento renacentista en la arquitectura española, mi atención fue pronto cautivada por un monumento singular que surgía imponente en una zona periférica del casco histórico de la ciudad: el Hospital Real de Granada. Ya en Milán, donde cursé parte de mis estudios universitarios, había tenido la posibilidad de familiarizarme con la monumentalidad de la arquitectura civil del siglo XV, que en aquella ciudad lucía los nombres de Filarete, Bramante, Leonardo, entre muchos otros. Si bien entonces no tenía la madurez de captar los significados plurales y complejos que los edificios públicos habían traído a la atención de una sociedad fuertemente sacralizada y aún retraída en la seguridad del ambiente domestico, la figura cautivadora de los claustros de la sede de la Universidad en la Calle Festa del Perdono, se había gravado de forma algo inconsciente en mi imaginario, trasmitiendo una imagen de rara potencia. El hecho de que aquellos espacios tan rebosantes de alumnos y actividades culturales, llevaran el título de Ospedale Maggiore quedaba como referencia onomástica, como recordatorio de un edificio sugerente que ocultaba una larga historia. Que esta historia fuera memoria de caridad, de poder, de encierro y pobreza, que fuera leyenda de hombres y mujeres marginados, de individuos milagrosamente sanados, de juegos políticos y de control social, no era nada fácil de discernir, cuando estaba atareada en contemplar el rostro actual y fresco de aquel palimpsesto polifacético que es una sede universitaria contemporánea. Progresivamente, el apasionado estudio de la historia de la arquitectura iba acotando las percepciones instintivas y facilitaba los instrumentos para una comprensión que a la luz de la libertad intuitiva, ofrecía la valiosa herramienta de un discernimiento racional, a pesar de que, en vez de despejar las dudas, complicara, en la mayoría de los casos, la visión y la lectura de lo existente. La curiosidad que despertó el suntuoso hospital granadino no iba ligada sólo a su dimensión monumental ni al valor que había alcanzado como elemento emergente en un paisaje urbano monopolizado por la imagen, romántica o vernácula, de la arquitectura arabo-andalusí en el ámbito del mercado turístico. La admiración surgía de la observación de la complejidad, a la vez que de la perfecta organicidad, de su diseño geométrico y volumétrico, de su vocación escenográfica, caso único en el panorama de la producción arquitectónica de matriz asistencial. En 2008, el Rectorado de la Universidad, que amparaba en este edificio una de sus sedes administrativas más exclusivas, encargó al arquitecto Javier Gallego, catedrático de restauración arquitectónica, redactar un plan de rehabilitación integral del monumento. Comenzó así con él una estrecha colaboración dirigida al estudio y análisis del ex complejo hospitalario con el fin de facilitar herramientas útiles al programa de intervención. La primera problemática con la que nos enfrentamos fue una carencia importante de información bibliográfica; existía un estudio monográfico publicado por la historiadora del arte Concepción Félez, la cual ya había encontrado dificultades ligadas a una especie de desinterés general hacia una tipología arquitectónica a la que, sobre todo en España, no se reconocía el justo valor en el ámbito del proceso de desarrollo de la arquitectura civil en Europa. Los ensayos y publicaciones que pudimos hallar en la primera fase de acercamiento al estudio del monumento eran más bien de carácter sectorial y monográfico; no dejaban de mencionar las relaciones entre el hospital granadino y la producción española e internacional, pero de manera algo superficial o a modo de compendio, quedando el tema de las relaciones entre diferentes contextos geográficos todavía abierto. El Hospital Real mostraba diferentes incógnitas desde el punto de vista tipológico, a las cuales el completo estudio documental de Fernando Acale se había preocupado de dar respuestas, indagando la dimensión histórica del antiguo establecimiento. La campaña de levantamiento , que tuve la posibilidad de coordinar, si bien por un lado enriquecía nuestros conocimientos y, por lo tanto, nuestra capacidad de compresión y síntesis, por otro invitaba a profundizar en el estudio del edificio como arquitectura civil de carácter especial, también por las continuas referencias que el mismo proceso de investigación obligaba, puntualmente, a considerar. En esta perspectiva, maduró la idea de dedicar mis investigaciones a las no pocas problemáticas que el edificio había planteado en las primeras fases de estudio y que iban ligadas sobre todo a la comprensión del tipo del hospital cruciforme. Efectivamente, a pesar de que la arquitectura hospitalaria caracterizara, desde la época tardo antigua, la imagen de los núcleos urbanos como elemento trascendente del imaginario metropolitano común, la relación entre los edificios hospitalarios y los contextos sociales, culturales y económicos que habían permitido su crecimiento quedaba como campo de estudio en el que se percibía la necesidad de un estudio integrado de carácter multidisciplinar y una buena síntesis divulgativa. La temática de la génesis del hospital moderno resultaba, por lo tanto, de lo más interesante no sólo bajo el perfil arquitectónico de los eventos singulares seguramente destacables, sino como metáfora concreta de "la afirmación de una civilización cuyos valores no permanecen abstractos, sino que se concretizan en las instituciones y se hacen posibles a través de los procedimientos técnicos" (A. Bellini, en Franchini, 1996). Lógica funcional y necesidades morales, historia de la medicina e historia de la caridad, están asociadas en el concepto de cuerpo hospitalario y permiten vislumbrar un complejo de derechos civiles que se afirman, en las sociedades occidentales, paulatinamente y a través de canales y mecanismos poco claros. Por lo tanto, plantarse interrogantes sobre las formas arquitectónicas que van adquiriendo los institutos asistenciales, sobre su génesis y sobre sus valores compositivos, artísticos y técnicos, significa indagar en la naturaleza de las estructuras sociales y de los sistemas políticos, a la vez que las condiciones de transformabilidad que permiten a un mismo edificio perdurar durante siglos, variando sensiblemente su imagen y su razón de uso y adaptándose a nuevos criterios y a nuevas necesidades. Para encauzar una investigación que pudiera dar respuestas a una temática compleja y poco o desordenadamente conocida, el estudio se ha centrado en dos aspectos fundamentales: A. El estudio de las matrices tipológicas del hospital cruciforme y las dinámicas de mutación que decretaron su éxito a escala internacional; B. La mención al caso-estudio del Hospital Real, y el análisis sobre el ejemplo concreto de los instrumentos de gestión del complejo como objeto patrimonial. El estudio del proceso tipológico, cuya base metodológica se inspira en la tradición de la escuela romana de Saverio Muratori y las experiencias de la escuela florentina de Gian Franco Caniggia, ha obligado a asumir una aproximación fuertemente multidisciplinar, considerando las aportaciones que a este tema facilitan las ciencias humanas, la historia de la medicina y la historia política, y elaborando estos datos a través de las disciplinas de la cultura arquitectónica como el análisis morfológico, funcional y formal. Se trata, en síntesis, de reconstruir una especie de árbol genealógico del tipo hospitalario cruciforme, considerando la evolución diacrónica en un específico enclave temporal y las variaciones diatópicas en un marco geográfico definido. El repertorio de los ámbitos geográficos de estudio se ha escogido en bases a criterios de homogeneidad y comparabilidad de los sistemas sociales y de los condicionantes históricos que dirigen su desarrollo; por ello, hemos centrado nuestra atención en Italia, España y Francia, cuya tradición he podido conocer de cerca a través de varias estancias de formación académica. A este propósito es indispensable abrir un breve paréntesis acerca de la elección programática de los contextos territoriales a indagar: algunas realidades, entre las cuales destacamos por envergadura los reinos británicos, si bien resultan fundamentales para dar un cuadro completo de la evolución de la políticas asistenciales europeas en época moderna y de los lugares donde aquellas se manifiestan de forma concreta, se han apartado de este estudio. Tal exclusión se justifica por las diversidades singulares que alejan ciertos enclaves geográficos europeos, insulares (Inglaterra) y continentales (por ejemplo los países germánicos), de los países que se asoman al mediterráneo. En primer lugar, en estos territorios el temprano rechazo de las doctrinas católicas crea condiciones de discontinuidad cultural respecto al bloque compacto de los países que se someten a la voluntad de la curia romana. En segundo lugar, si bien participan de forma activa y muy a menudo hegemónica, en las dinámicas internacionales, mantienen en su interior caracteres idiosincrásicos que guían el progreso social, político y económico de una forma muy peculiar difícilmente comparable con las categorías de juicio con las que interpretamos los cambio en las sociedades que se mantienen fieles a la causa católica. A razón de ello hemos observados cómo la tipología del hospital cruciforme en Inglaterra y en los estados germánico prescinde de una difusión extensa o se sirve de dispositivos diferenciados para los cuales se auspician trabajos de investigación detallados. Como límites temporales del proceso evolutivo se han escogido unas fechas simbólicas que se refieren a acontecimientos ligados a la historia de la asistencia, evitando aludir a experiencias arquitectónica concretas; en efecto, somos conscientes de que las delimitaciones cronológicas absolutas en el campo de los estudios históricos, resultan opinables y sensiblemente variables. Por tanto, como momento de inicio, asumimos el año 1305, cuando el hospital de Santa Maria de la Scala normaliza por primera vez su estatus jurídico; como fin, el año 1773 cuando, seguidamente al incendio del Hotel Dieu de París, se convoca un concurso para su reconstrucción. Entre los proyectos presentados, aunque no realizados, se propone una tipología nueva que apunta a la dislocación y especialización funcional por medio de una estructura de pabellones separados. En este amplio intervalo de tiempo, más de tres siglos, habrá que señalar unos momentos significativos en el proceso de formalización de los modelos arquitectónicos, lo cual, lejos de indicar una evolución perfectamente regular y continua, conforma unos puntos de apoyo para sincretizar una cantidad ingente de información de carácter contextual, a partir del análisis de ejemplos concretos. Durante el Alto Medioevo, la configuración arquitectónica de las casas de acogida se adaptaba al dominio de la metafísica cristiana, que agrupaba bajo la misma categoría a pobres, enfermos, inválidos y alienados como el ejército de los marginados de Cristo; ellos habían sido elegidos para experimentar, en el sufrimiento de la carne, la experiencia divina del Salvador, desde una perspectiva escatológica que veía en la muerte la legitimación de la vida. Inútil es decir que la obsesión tanatocéntrica emergía de unas condiciones materiales insuficientes para asegurar una vida sana y longeva excepto para reducidos grupos sociales. La absoluta indiferenciación de los asilados comportaba un relativo descuido a la hora de preparar los espacios dedicados a su amparo, que quedaban incluidos en los recintos monásticos y respondían a una configuración arquitectónica apenas definida, en un conjunto genérico de cuerpos de fábrica surgidos por gemación espontánea según demandaban las necesidades circunstanciales. Es a partir del siglo XIV cuando empieza a difundirse una preocupación mayor hacia el problema de la organización de las tareas asistenciales, lo cual se traduce progresivamente en un inusitado esmero en la configuración arquitectónica de los equipamientos caritativos de carácter urbano. Así, por ejemplo, en 1334 el Hospital de Siena encarga la construcción de una nueva sala para la hospitalización de los hombres, donde es posible hallar precisas referencias espaciales y funcionales, con elementos organizados jerárquicamente y con ejes de articulación complejos. Recorriendo de forma resumida el proceso de evolución del tipo, es imprescindible poner de relieve que, a partir del siglo XV, se inicia en Italia una época de mucha experimentación, caracterizada por la fundación de numerosos institutos hospitalarios que aúnan en sus propios diseños arquitectónicos características geométrico-espaciales similares. Sólo en este contexto cultural es posible entender la innovación que representó la construcción del Hospital Mayor de Milán, resolviendo de una forma contundente las reflexiones sobre la forma específica que un hospital eficiente tenía que disponer. Este hospital dio un giro importante en la concepción de las estructuras de carácter sanitario-asistencial por la seguridad de las elecciones planimétricas y compositivas y por la dotación de medidas novedosas respecto a los requisitos tecnológicos. Sin embargo, esta "revolución" no es para nada acéfala, sino que se inserta en un universo de otras experiencias hospitalarias, menos notables a las que la experiencia de Milán añade especulaciones sobre la forma en que germinaban de los cenobios de intelectuales humanistas. A partir del siglo XVI se satura la producción arquitectónica en territorio italiano y la fundación de hospitales palacios se concentra en la península ibérica. El siglo siguiente presencia la construcción de hospitales en forma de cruz en Francia, área que hasta entonces se había resistido a la penetración de modelos extranjeros. Esta impermeabilidad se debió a los desordenes ocasionados por décadas de guerras y a la persistente confrontación entre el poder monárquico y eclesiástico en los asuntos de política sanitaria, además del profundo arraigo de una tradición asistencial medieval autóctona. A caballo entre esos dos siglos, reforma y contrarreforma tuvieron un papel fundamental en la trasformación de los equipamientos asistenciales: la primera, por desvelar los abusos que se perpetuaban en perjuicio de los pobres en los recintos hospitalarios y por legitimar una nueva visión ética de la pobreza y mendicidad, abrazando las instancias liberales de la sociedad mercantil; la segunda, por intentar imponer una disciplina rigurosa frente al relajamiento de los hábitos y al despilfarro económico, lográndolo sólo parcialmente. Finalmente, la larga curva descendente que condujo al abandono de los esquemas cruciformes a finales del siglo XVIII, comportó su readaptación para edificios con usos diferentes y abiertamente correctivos, como cárceles y centros educacionales, para el trabajo forzoso etc. Esta transformación surgía de las reflexiones sobre los mecanismos de control que las características panópticas de los organismos de planta central habían estimulado en los técnicos del sector. Efectivamente, ya desde el siglo XVII se iba difundiendo un vivaz debate sobre las condiciones de transformabilidad del tipo, debate que funcionó como factor acelerador de las dinámicas de cambio y reutilización de los espacios asistenciales. A eso tenemos que añadir que, incluso durante el siglo XIX, la diferenciación entre institutos con fines únicamente sanitarios y terapéuticos e instituciones de beneficencia o con cometidos de carácter asistenciales no es tan patente, ni tan común . Por esto muchas actividades de distinta naturaleza se realizaron conjuntamente en el mismo edificio. Los esquemas cruciformes permanecieron en auge bajo la innovadora lógica compositiva de la arquitectura empírica francesa. El método de la composición modular, inherente en los esquemas cruciformes del renacimiento maduro, se traduce en una normalización académica en el ámbito de las nuevas escuelas politécnicas; la enseñanza de Durand en Paris ponía énfasis en la cuadrícula y en el modulo como fundamento de la práctica compositiva y como mecanismo de control para el proyecto de las arquitecturas civiles. Como destaca Laget, en Durand "podemos notar cómo la cuadrícula sostiene de manera satisfactoria tanto el cuadrilátero del hospital clásico, como el doble peine del hospital del siglo XIX y cómo el directo coralario de la cuadrícula y del módulo, es decir, el pabellón, se encuentra en muchos edificios de utilidad pública, facilitando lo que podría ser interpretado como un tema de composición incesante que alimenta la política de las edificaciones civiles a lo largo del siglo XIX". A la definición del proceso evolutivo, que aquí hemos resumido sumariamente, se acompaña el argumento de las profundas sinergias que se establecieron entre control y gestión infraestructural del territorio y la implantación de establecimientos asistenciales de diversa índole en su progresiva transformación de lugares con una misión caritativa a enclaves de carácter principalmente terapéutico y sanitario. En primer lugar, hemos observado cómo la dislocación de los hospitales en el territorio a partir del siglo XIII dibuja una red de elementos que recalca la lógica de ocupación del territorio, impulsada en principio por las comunidades religiosas y, a partir del fortalecimiento de la filosofía burguesa, por los grupos urbanos que lideran la recuperación económica y la metamorfosis de los sistemas culturales. No es una casualidad que la alternancia en el liderazgo de las políticas asistenciales en el panorama internacional acompañe el desarrollo de las estructuras económicas y de las innovaciones en materia política y social. Congruentemente, veremos cómo el culmen de la popularidad de los servicios sanitarios coincide con cierta energía de la sociedad civil y con el vigor y estabilidad de la administración política. Y por esto mismo, no podemos evitar destacar la íntima correlación entre el auge de las instituciones asistenciales y sanitarias y la superioridad coyuntural de los sistemas políticos que impulsaron su desarrollo: así ocurre en el triunfo de Siena en el siglo XIV, de Florencia en la primera mitad del siglo XV, de Milán con su empeño de reforma a finales del Cuatrocientos, de la Coronas españolas con las grandes campañas de exploración transoceánicas y en los territorios franceses en los siglos XVII y XVIII, donde los círculos intelectuales actúan como catalizador para la difusión de las teorías iluministas y liberales. Evidentemente, este tipo de observación pudiera resultar obvia; es decir, está más que comprobado que a una situación de desarrollo cultural o de prosperidad económica corresponde una peculiar vitalidad en la actividad constructiva. Sin embargo, resulta útil señalar cómo ,desde el bajo Medioevo, el desarrollo de los códigos de carácter técnico-científicos vincula, de manera muy directa y no tan obvia, las instituciones asistenciales al programa de comunicación por medio del cual el poder se dirige a la masas y manifiesta su hegemonía. Como acertadamente señala Franchini hablando del paso de los hospitalia medievales a los hospitales mayores o grandes de la época moderna, "el esfuerzo económico requerido por las dimensiones monumentales y por la concepción artística de los nuevos hospitales, con el propósito optimista de levantar un monumento concebido como sub specie aeternitatis - idea motivada por compresibles razones de orgullo cívico, expuestas de manera explícita en las intenciones programáticas - demandaba justamente la indicación de un modelo que superara las disfunciones de los pequeños hospitales medievales y representara la imagen de la transformación humanista, moral y artística de la ciudad¿ . Si bien la historiografía arquitectónica ha perfilado de manera cada vez más correcta y ajustada la dimensión funcional de los hospitales modernos, debido entre otras razones a las exigencias prácticas de los programas de rehabilitación de los complejos hospitalarios, se ha dedicado un menor desvelo a las instancias de carácter superestructural, cuyos efectos pueden observarse en la figuración material de estos organismos arquitectónicos. De forma más velada a partir del siglo XIV y durante la época moderna, el hospital desempeña un papel fundamental como instrumento de estrategia política según diferentes orientaciones: -Como instrumento de control sobre las franjas problemáticas de la población; -Como lugar de intercambio cultural y contenedor del pensamiento científico; -Como acumulador de patrimonios y rentas y, consecuentemente, como dispositivo de gestión financiera; -Como garante de los equilibrios de poder y conciliación entre las aspiraciones del las autoridades civiles, de los sujetos sociales y de las jurisdicciones religiosas. En un clima de profundas transformaciones sociales en el viejo continente, el tipo muda progresivamente hasta configurar aquella peculiar estructura compositiva y formal que se mantendrá hasta los albores de la edad contemporánea, es decir, el hospital en forma de cruz. El estudio teórico sobre las matrices espaciales y funcionales del hospital cruciforme tiene un fin práctico muy preciso: ofrecer un nuevo complejo de conocimientos como herramienta útil al proyecto moderno de restauración. Este argumento nos traslada directamente al segundo ámbito cognoscitivo de esta trabajo de investigación: la reconversión patrimonial de la arquitectura hospitalaria resulta un tema de gran actualidad hoy en día, en tanto que el continuo desarrollo de las industrias técnicas y la aparición de tecnologías de nueva generación hacen cada vez más difícil garantizar la eficiencia de los antiguos edificios. Muchos complejos hospitalarios han mutado desde hace tiempo su función originaria, mostrando una innata versatilidad a la ahora de sufrir modificaciones considerables en el programa de uso. Sin embargo, hoy en día siguen presentando problemáticas, sobre todo en relación a temas de accesibilidad, compartimentación de espacios, acondicionamiento y conservación estructural. El valor histórico-cultural de estos edificios y las imposiciones legislativas a la hora de actuar complican la labor de los arquitectos contemporáneos, alimentando cada vez más el carácter antitético del binomio "conservación-disfrute". Como profesionales de la disciplina de la restauración arquitectónica creemos que es posible encontrar el justo equilibrio entre el deseo de conservar el espíritu auténtico de la arquitectura del pasado, símbolo de identidad cultural, y la necesidad de "actualizar" el bien inmueble, haciéndolo vivir en el presente. Esta unidad de intenciones puede lograrse a través del conocimiento profundo de la arquitectura. Según Paolo Marconi: "[...] cuando la arquitectura comunicaba con códigos manifiestos, la disciplina de la restauración le restituía el significado perdido". Sólo comprendiendo la lógica íntima de nuestra herencia arquitectónica mantendremos intacta su peculiar forma de comunicar a las generaciones presentes y futuras valores históricos y culturales de inestimable envergadura. Para ello se analizará el concepto de forma arquitectónica, intentando aclarar las significaciones contextuales que ha ido asumiendo en una determinada época histórica. Si las exigencias actuales ligadas a la innovación, a la investigación y a la alta formación justifican la reticencia a la adopción de esquemas tipológicos vinculantes y por el contrario requieren amplia libertad en el proyecto de los conjuntos hospitalarios, estos mismos limites tienen que ser asumidos en el ámbito de la reconversión patrimonial como guías imprescindibles para cualquier intervención que tenga como objetivo añadir valor a las preexistencias. El reconocimiento de una vocación específica de ciertos inmuebles en el ámbito de la obra civil de carácter público, obliga a detenernos en múltiples aspectos comunes a muchas áreas culturales, dentro de la afirmación de las autonomías administrativa y constructiva de valores civiles compartidos. Lo que para nosotros es herencia adquirida, desvela los esfuerzos y la laboriosidad de una trayectoria de crecimiento plurisecular. Bibliografía: 1. AA. VV. Città e servizi sociali nell'Italia dei secoli XII-XV, Atti del convegno internazionale di studio (Pistoia, 9-12 ottobre 1987), Pistoia: Centro Italiano di studi di storia e d'arte, 1990 2. AA. VV. L'ospedale e la cittá: dalla fondazione di Santa Maria Nova al sistema ospedaliero del 2000. Firenze: Edizioni Polistampa, 2000 3. Stato e chiesa di fronte al problema dell'assistenza; atti del congresso tenuto a Pistoia nel 1979. Roma: CISO Edimez, 1982 4. Albini, G. Città e ospedali nella Lombardia medievale. Bologna: CLUEB, 1993 5. 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