Efecto a cuatro años de la firmeza del colchón en la lumbalgia inespecífica crónica

  1. Fernández Fernández, Carmen
Zuzendaria:
  1. Andrés Peña Arrebola Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 2011(e)ko urtarrila-(a)k 19

Epaimahaia:
  1. Melchor Álvarez de Mon Soto Presidentea
  2. Ana Sánchez Atrio Idazkaria
  3. Francisco M. Kovacs Kidea
  4. Víctor Abraira Kidea
  5. Lorenzo Jiménez Cosmes Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

1º Es necesario evaluar además de los fármacos a las tecnologías sanitarias y todos aquellos productos a los que se atribuye cualidades curativas. El tratamiento médico no se limita exclusivamente a la administración de medicinas o a a la práctica de de determinados tipo de cirugías sino que incluye un apartado que podríamos denominar el consejo médico o conjunto de normas higiénico-dietéticas. En nuestros días el consejo médico en lo referente a hábitos de vida es uno de los pilares de tratamiento cuando nos referimos a los factores de riesgo cardiovascular. Hasta ahora no han sido frecuentes, sino raros los estudios sobre la eficacia del consejo sanitario. Este, casi siempre ha estado presente en la práctica habitual, pero su nivel de consideración por parte de los clínicos ha sido mucho menor del que se le ha dado a los fármacos o las técnicas realizadas sobre el paciente. Por ello no se ha considerado importante demostrar la evidencia científica de estas prácticas, aunque se estén utilizando habitualmente en la consulta. Los clínicos ofrecemos consejos tradicionales, pero sin comprobar si la evidencia científica los avala o no. A los pacientes con dolor de espalda hasta no hace muchos años se les indicaba como tratamiento el reposo en cama. Se ha observado que la recomendación de reposo es perjudicial y retrasa la recuperación del paciente. Han tenido que realizarse muchos ensayos clínicos e incluso un metanalisis presentado por la Colaboración Cochrane para demostrar a los profesionales de la salud lo erróneo de esa indicación. En los últimos años se sugiere reforzar la necesidad de permanecer activo en la medida en que el dolor lo permita, incluyendo el trabajo si es posible ya que mejora el dolor, disminuye el grado de incapacidad y acorta el periodo de incapacidad transitoria. Ahora se les aconseja frecuentemente nada o usar cama dura, sin que haya habido constancia del beneficio o de la superioridad de estas alternativas. En el caso del ejercicio, si existen estudios donde se manifiesta el beneficio de la actividad física, pero no se ha demostrado con rotundidad que un ejercicio sea mucho más beneficioso que otro. Sobre la superficie de descanso si que hay un solo ensayo clínico, que tras 90 días demuestra mejoría en gran número de variables al utilizar un colchón de firmeza media frente a uno duro, pero que no se ha podido demostrar claramente a más largo plazo. Esta tesis ha profundizado en el estudio del efecto a largo plazo de los colchones en pacientes con lumbalgia inespecífica, una de las afecciones más prevalentes. La importancia del colchón viene derivada de su estrecho y prolongado contacto con la espalda, cuya patología es de las mas prevalentes, incapacitantes y costosas, por los que conseguir mejores resultados globales en este tipo de patologías de alta prevalencia contribuye a hacer un poco más sostenible el sistema sanitario. 2º Cuatro años después de instalar un nuevo colchón en pacientes con lumbalgia crónica, todas la variables de dolor e incapacidad han evolucionado mejor en aquellos sujetos a los que se les instaló y mantuvieron durante este tiempo un colchón de firmeza media en comparación con los que se le instaló el colchón firme. 3º No obstante, las diferencias no son estadísticamente significativas probablemente por la pérdida de potencia estadística debido a la reducción del tamaño muestral a causa de las pérdidas producidas a lo largo de los cuatro años de seguimiento. 4º Serán necesarios nuevos estudios para evidenciar que tipo de superficie de descanso es mas adecuada en los pacientes con dolor dorsal y lumbar y dado lo complejo que resulta realizar este tipo de estudios no se prevé que se vayan a repetir con frecuencia. En los últimos años han aparecido en el mercado nuevos materiales diferentes para la elaboración de colchones a los que se les atribuyen propiedades que todavía no han sido demostradas, pero que de tanto repetir están calando en la población al igual que la falsa creencia de que el colchón, cuanto más duro mejor. La comunidad científica ha de ser cada vez más crítica y recomendar solo aquello que la evidencia científica haya demostrado que se puede utilizar.