Revisión sobre métodos en el manejo de úlceras tórpidas
- Chaparro Recio, Manuel
- Alvarez de los Heros, Fernando
- Novo, E.
- Aguirre Fernández, Carolina
- Duvergé Montero, W.
ISSN: 1138-3593
Argitalpen urtea: 2006
Zenbakia: 9
Orrialdeak: 437-443
Mota: Artikulua
Beste argitalpen batzuk: Semergen: revista española de medicina de familia
Laburpena
Las dos grandes técnicas de curación de úlceras y heridas son las curas secas y la cura húmeda. Independientemente del tipo de práctica utilizada el objetivo sigue siendo el mismo: favorecer la proliferación del tejido granular, evitar la infección, y favorecer el desbridamiento. La exposición al aire de las heridas cura más lentamente que tras oclusión. En heridas de larga evolución, en úlceras de piernas, 18 de 39 (46%) curaban completamente desarrollando tejido de granulación en respuesta a la oclusión en todas ellas. Mediante apósitos se propicia un ambiente húmedo y condiciones de temperatura más óptimas para la regeneración tisular. Un apósito, según protocolo Goldman (1992), debe cumplir los siguientes requisitos: absorber el exudado, provocar un microambiente húmedo, ser estéril y de fácil manejo, no causar reacciones alérgicas ni traumas y provocar una temperatura favorable para la cicatrización reduciendo el dolor. A continuación vamos exponer un compendio de los protocolos existentes revisados desde el Agency for Health Care Policy and Research (1992), también los realizados por Anderson RM en el congreso europeo en avances sobre el manejo de heridas; otros de autores como Elorriaga Ameyugo, con su manual del Instituto Nacional de la Salud, Bregstrom, Díaz González (1995) y protocolos para lesiones venosas en extremidades inferiores de Palfreyman. Asimismo, revisamos extractos de los protocolos de Nelson para úlceras arteriales en extremidades inferiores y los de Bradley para escaras, los de Argüello y el American Family Physician, entre otros.