Valor pronóstico de la troponina de alta sensibilidad en la cardiopatía isquémica crónica
- Carda Barrio, Rocío
- Alvaro Aceña Navarro Director/a
- José Tuñón Fernández Director/a
Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid
Fecha de defensa: 06 de septiembre de 2017
- Jesús Egido de los Ríos Presidente/a
- Joaquín García Cañete Secretario/a
- Ramón Bover Freire Vocal
- Lorenzo López-Bescós Vocal
- Vivencio Barrios Alonso Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La aterosclerosis coronaria es una enfermedad con una gran prevalencia, y una gran morbimortalidad asociada. Su tratamiento y prevención conllevan un alto coste económico, y en los últimos años se están investigando muchos biomarcadores para intentar identificar los pacientes de más riesgo. Los nuevos tests de detección de troponina denominados de alta sensibilidad (hsTn) permiten detectar valores de esta proteína con mucha más precisión, y su disponibilidad ha permitido mejorar la información que relaciona este biomarcador con diferentes patologías. A pesar de ello, su uso en la práctica clínica diaria actualmente se limita al contexto del síndrome coronario agudo. En cardiopatía isquémica crónica, los datos disponibles son principalmente de estudios sobre poblaciones de ensayos clínicos o de pequeños trabajos, y los resultados globales no son siempre concordantes. Tampoco está claro cómo la función renal influye en la relación de la hsTn con el riesgo de eventos en el seguimiento. En esta Tesis hemos estudiado el valor pronóstico de la hsTnI en 989 pacientes con enfermedad coronaria estable, y antecedentes de un síndrome coronario agudo. Al comienzo del estudio, en una visita ambulatoria, se extraía plasma y se registraba un conjunto de variables clínicas y de tratamiento. Los objetivos secundarios fueron: la recurrencia de eventos isquémicos agudos (coronarios o cerebrovasculares), y la incidencia de insuficiencia cardiaca o muerte. El objetivo principal fue la combinación de los objetivos secundarios. La mediana de seguimiento fue de 5,42 (2,83-6,50) años. La hsTnI fue detectable en el 63,9% de los pacientes. Los pacientes con hsTnI positiva eran más frecuentemente varones, hipertensos, y tenían más comorbilidades cardiológicas comparados con los pacientes con hsTnI negativa. Además eran mayores, tenían menor filtrado glomerular renal, y mayores niveles de NT-proBNP (porción terminal del péptido natriurético tipo B). En la evolución, 118 pacientes presentaron algún evento isquémico agudo, 103 fallecieron o padecieron insuficiencia cardiaca y 194 desarrollaron el objetivo principal. En el análisis univariado los niveles de hsTnI eran predictores del riesgo de desarrollar el objetivo principal (p=0,027), y el objetivo de insuficiencia cardiaca o muerte (p=0,001), pero no de eventos isquémicos agudos. Al controlar para un gran número de variables clínicas, analíticas, otros biomarcadores (hsPCR [Proteína C reactiva de alta sensibilidad] y NT-proBNP) y los tratamientos que recibían los pacientes, los niveles de hsTnI predecían el riesgo de insuficiencia cardiaca y muerte (p=0,001), perdiendo el valor predictor del objetivo principal, debido a que no era predictor del componente de eventos isquémicos agudos. En los pacientes con filtrado glomerular estimado menor de 60 mL/min/1,73 m2, la hsTnI perdía su capacidad de predecir de manera independiente la incidencia de muerte o insuficiencia cardiaca. Sin embargo, en los que tenían una función renal normal, la hsTnI seguía siendo predictor independiente del riesgo de desarrollar estos eventos. En conclusión, en pacientes con cardiopatía isquémica crónica, los niveles elevados de hsTnI se asocian frecuentemente con comorbilidades cardiacas. Además, son predictores independientes del desarrollo de muerte o insuficiencia cardiaca, tras controlar para múltiples variables incluyendo los niveles plasmáticos de NT-proBNP, pero no de eventos isquémicos agudos. La hsTnI pierde este valor pronóstico en el subgrupo de pacientes con función renal disminuida. No obstante, se precisan más estudios para aclarar si el uso de la hsTnI en la práctica clínica diaria puede mejorar el pronóstico de los pacientes con cardiopatía isquémica crónica.