El Cretácico del borde septentrional de la Rama Castellana de la Cordillera Ibérica

  1. J. F. García-Hidalgo 1
  2. M. Segura 1
  3. A. García 2
  1. 1 Universidad de Alcalá
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    Universidad de Alcalá

    Alcalá de Henares, España

    ROR https://ror.org/04pmn0e78

  2. 2 Universidad Complutense de Madrid
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    Universidad Complutense de Madrid

    Madrid, España

    ROR 02p0gd045

Revista:
Revista de la Sociedad Geológica de España

ISSN: 0214-2708

Ano de publicación: 1997

Volume: 10

Número: 1-2

Páxinas: 39-54

Tipo: Artigo

Outras publicacións en: Revista de la Sociedad Geológica de España

Resumo

A lo largo del borde septentrional de la Rama Castellana de la Cordillera Ibérica, en el límite de ésta con la Cuenca de Almazán, aflora el Cretácico en una sucesión de pequeños afloramientos aislados debido a la existencia de amplios recubrimientos terciarios. En cada uno de esos afloramientos, la realización de perfiles estratigráficos continuos es complicada debido a la existencia de numerosas fracturas de pequeño salto. Por todo ello, la estratigrafía de estos materiales se establece mediante la correlación de muchos cortes parciales. El intervalo estudiado comprende desde el Cenomaniense superior al Campaniense inferior, pudiendo corresponder los términos más antiguos al Cenomaniense inferior, e incluso pertenecer al Cretácico inferior. La sucesión sedimentaria comienza por arenas fluviales y litorales (Cretácico inferior? - Cenomaniense superior.). Existen dos episodios de margas y calizas nodulares marinas de plataforma distal depositadas durante el Cenomaniense terminal - Turoniense inferior y el Coniaciense superior - Santoniense inferior; mientras que el resto son calizas y dolomías de plataforma somera. La estructura de apilamiento es agradacional, con una truncación poco marcada hacia la parte media del paquete sedimentario. Hay una reducción de espesores hacia el NO y SE, relacionada con el paso a facies más someras y más litorales en esos mismos sentidos, que dibujan un laxo surco. Se identifican abundantes cambios laterales de facies, que confieren a esta sucesión estratigráfica un importante valor, pues ello permite precisar las relaciones genéticas entre conocidos litosomas cretácicos de la Cordillera Ibérica, facilitando las correlaciones del Cretácico superior entre las regiones de Cameros, Rama Aragonesa y resto de la Rama Castellana de la Cordillera Ibérica y el Sistema Central. El registro estratigráfico se organiza en nueve unidades litoestratigráficas y nueve secuencias deposicionales.