Santuario del Amor Misericordioso en Collevalenza. Julio Lafuente. La obra a través la mirada de la crítica.

  1. García-Asenjo Llana, David
Libro:
Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Análisis Crítico de una obra
  1. Teresa Couceiro Núñez (coord.)

Editorial: Fundación Alejandro de la Sota

ISBN: 978-84-608-7409-6

Año de publicación: 2016

Páginas: 356-367

Congreso: Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española (3. 2016. Madrid)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

La figura de Julio Lafuente ocupa un lugar difícil de encajar dentro de la historia de la arquitectura española. Sólo su origen permite relacionarlo con España, ya que su formación académica se produjo en la Escuela de Bellas Artes de Paris. Posteriormente, tras un breve paso por Madrid y por consejo de Luis Feduchi, viajó a Roma, donde pretendía conocer la arquitectura moderna que se desarrollaba en Italia. El que iba a ser un lugar de paso hacia Estados Unidos se convirtió en su residencia permanente. Una vez establecido en Piazza Navona, comenzó a desarrollar su carrera profesional en Italia, por lo que quedó desvinculado de España, y de los arquitectos que iniciaron la renovación de la arquitectura que se empezaba a producir antes de su marcha. Entre sus obras destaca el Santuario de Collevalenza, en Todi, proyectado en años de renovación profunda de la liturgia católica, en la que la arquitectura tuvo un importante papel, al situarse en el centro del debate, y traducir espacialmente las nuevas propuestas. Es muy interesante el modo en el que Lafuente combina una disposición longitudinal tradicional, adecuada al uso como basílica de peregrinación, y una planta centralizada heredera de las mejores arquitecturas del barroco. Una primera lectura de la planta muestra una organización convencional, una nave alargada con capillas laterales. Una yuxtaposición de grandes cilindros de ladrillo definen el espacio principal, pero toda la atención del espacio se centra sobre el altar, principal foco de la celebración. El presbiterio se plantea como un elemento independiente insertado en el interior del templo, que crece de forma concéntrica a partir de él. Se puede entonces leer el espacio como una iglesia de planta centralizada, que altera su forma en el eje longitudinal para funcionar como un santuario que recibe grandes peregrinaciones. La nueva liturgia, anticipada en muchos casos por las propuestas arquitectónicas próximas al Movimiento Litúrgico, parecía aconsejar esta disposición. La obra de Lafuente aparecía regularmente en las revistas españolas de la época, encuadrada dentro de la nueva arquitectura italiana. Y aquí entra en juego la figura de Rafael Moneo. En su estancia en Roma como pensionado de la Real Academia de España entró en contacto con las figuras destacadas de la época. Allí pudo conocer a Julio Lafuente y visitar su obra. Fruto de ese contacto fue la reseña que escribió sobre el Santuario de Collevalenza para la revista Arquitectura. Años después tiene una aportación importante en el número monográfico de Nueva Forma sobre su figura. Y de nuevo analiza la iglesia en Todi. Se puede apreciar cómo pone la atención en decisiones de proyecto que luego estuvieron en el origen de su propia obra, en la Catedral de Los Ángeles. La tensión entre la planta centralizada y la longitudinal, entre el tipo y la historia, así como la reducida paleta de materiales y el tratamiento de la luz. Así, al analizar la catedral, podemos ver la arquitectura de Lafuente a través de la mirada y la formación académica del navarro y el modo en que su experiencia en Roma le abre nuevas formas de afrontar el proyecto. Se quiere destacar con esta referencia a la labor del crítico la importancia de la disciplina para descubrir la mejor arquitectura que se realiza en el momento, y cómo este trabajo puede aportar una mirada alejada de lo convencional sobre la obra de arquitectura.